lunes, 23 de agosto de 2010

Amantes del terror hasta el fin


Detrás del rostro cansado de un hombre anciano, arrugado y manchado por sus 76 años de edad, vemos a Abimael Guzmán Reynoso, quien, en algún momento fue, el “Presidente Gonzalo”, cabecilla del grupo terrorista Sendero Luminoso, vistiéndose con un traje especial para la ocasión, su matrimonio. Por otro lado, Elena Iparraguirre Revoredo, de 72 años, muy delgada, su cara surcada por las líneas de expresión, con la tez parecida a la de una pasa, y la expresión de una mujer demacrada, era apoyada por las demás convictas del penal de Chorrillos para lucir un poco más agradable el día de su boda. 15 minutos fueron suficientes para concretar la tan ansiada unión conyugal entre los cabecillas senderistas.

La ceremonia, lejos de ser un matrimonio tradicional, se celebró el pasado viernes 20 de agosto, a las 9 de la mañana, en el Centro de Reclusión de Máxima Seguridad de la Base Naval del Callao. El evento dio inicio, luego de la llegada de “La comadre Miriam” con un bouquet bastante sencillo. Contó con la presencia de los familiares directos de la contrayente quienes fueron los testigos del acto; autoridades del Consejo Provincial de Chorrillos, del INPE y altas autoridades navales. A pesar de la condición que tiene la pareja, presos de cadena perpetua, la temible boda se llevó a cabo después de que ambos terroristas tuvieran en orden los certificados necesarios, seguidos de realizar sus gestiones en el municipio de Chorrillos.

El presidente del Poder Judicial, Javier Villa Stein, aseguró que las leyes peruanas avalan el matrimonio entre el cabecilla de Sendero Luminoso Abimael Guzmán y su lugarteniente Elena Iparraguirre, ambos reclusos. “El matrimonio responde a un derecho humanitario (...) la boda no está prohibida en la sentencia”, precisó.

Tras formalizarse el enlace los novios "permanecieron con sus testigos departiendo un momento", después de lo cual la novia regresó a la cárcel de mujeres Santa Mónica, en el distrito de Chorrillos, sector sur de Lima, y Guzmán retornó a su celda, añadió el funcionario.

Sucedió el 6 de octubre del 2006, en la Sala de Juzgado del Tribunal que dirige el magistrado Pablo Talavera en la Base Naval del Callao. En un receso del megajuicio el líder terrorista sacó un ramo de rosas rojas y amarillas (colores simbólicos de Sendero Luminoso) y le entregó el anillo a Elena. Con los demás miembros del partido de testigos, Guzmán citó a Karl Marx: “La relación entre un hombre y una mujer es natural, discreta y necesaria”.

A inicios de año, cabecilla terrorista pidió al Gobierno que le conceda permiso para contraer nupcias con su lugarteniente “La Comadre Miriam”, en su prisión de la Base Naval del Callao, así como le permitieron al ex presidente Fujimori asistir a la boda de su hija Sachi. La decisión de los novios de casarse encontró una oposición inicial de las autoridades peruanas, lo que los llevó a realizar una huelga de hambre de dos días en abril pasado que fue levantada después de que el presidente Alan García afirmara que "está dentro de la ley que puedan contraer matrimonio". La oposición inicial consistía en que Guzmán figuraba como casado en los registros civiles con una mujer ya fallecida, e Iparraguirre también aparecía casada con un profesor a pesar de estar separada desde hace tres décadas. La situación terminó por regularizarse.

La profesora Elena Iparraguirre conoció a Guzmán en 1973, durante una charla que él ofrecía sobre el Partido Comunista del Perú. La charla duró seis horas, y al terminar, Iparraguirre fue la única que se animó a hacer una pregunta. La respuesta de Guzmán tomó cuatro horas más. Ella quedó fascinada. Iparraguirre estaba muy cerca de Guzmán en el organigrama, pero nada más. Por entonces, aún no eran una pareja. Abimael estaba casado con la ayacuchana Augusta La Torre, “camarada Norah”, que ocupó el número 2 de la organización hasta su muerte en extrañas circunstancias. Según la policía, el “Presidente Gonzalo” y la “Comadre Miriam” mataron a Augusta para consumar su amor. De acuerdo a fuentes menos interesadas, la mataron por razones ideológicas, porque se oponía a la línea política que había trazado Guzmán. Otras Según informantes senderistas, no la mataron. Ella estaba enferma y se dejó morir heroicamente sin abandonar su puesto.

Elena confiesa: “A medida que más me comprometía con la lucha revolucionaria, el equilibrio se fue resquebrajando hasta romperse. No era lo mismo llevar a los niños al colegio tomando tres microbuses de casa a la barriada que llevarlos a las marchas o mítines del SUTEP donde el rochabús nos mojaba a mares en pleno invierno, o la repre nos acosaba a bombazos lacrimógenos.(…) Opté por la ruptura definitiva, me rebelé contra el papel que esta sociedad le impone a la mujer: tener y educar a los hijos y trabajar para aportar a la producción social que sostiene un sistema injusto, me entregué a la brega por transformar tal sociedad.”.

Una década de desgracias tuvo que suceder para que Guzmán e Iparraguirre, considerada la número dos de Sendero Luminoso, fueran capturados la noche del 12 de setiembre de 1992 en una vivienda de un barrio residencial de Lima, junto al estado mayor de la organización. A pesar de haber permanecido en la misma prisión durante catorce años, en el 2006, cuando se celebró un juicio civil, se dictaminó que “El Presidente Gonzalo” sería trasladado a la Base Naval del Callao, donde hoy cumple condena, mientras que su pareja, “la Comadre Miriam” al penal de mujeres de Chorrillos. La detención significó un duro golpe al senderismo y marcó el inicio del declive de las acciones armadas de Sendero Luminoso que había desencadenado una guerra interna en mayo de 1980, que en dos décadas dejó un balance de 70.000 muertos y desaparecidos.

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